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La guerra de trincheras
En la Primera Guerra Mundial, las armas de gran potencia (ametralladoras y artillería) se usaban, sobre todo, para fines defensivos. Los soldados de los dos bandos se atrincheraban para protegerse, construyendo de esta forma un completo sistema de trincheras. Una de estas redes se encontraba en el Frente occidental donde las tropas enemigas se enfrentaban en largas líneas ininterrumpidas de trincheras.
Los ataques contra las trincheras eran peligrosos y, por lo general, no terminaban con éxito, por eso, las líneas de combate se hicieron estáticas.
La trinchera de observación
Se usaba para monitorear al enemigo y dirigir la artillería que se encontraba detrás de la trinchera frontal.
La tierra de nadie
Era la zona entre las trincheras de los dos bandos enemigos.
Trinchera frontal
El baño de sangre del Somme
Los obstáculos de alambre de púas
Los colocaban delante de las trincheras para frenar al enemigo.
La batalla del Somme es un perfecto ejemplo para demostrar el horror de la guerra de trincheras. La batalla duró de julio a noviembre de 1916 en un tramo de 20 km a lo largo del Frente occidental. Las fuerzas británicas y francesas unidas, tras constantes ataques sangrientos, lograron empujar las tropas alemanas tan solo unos kilómetros atrás. El total de muertos y heridos rondaba 1,2 millones.
Trincheras de apoyo
Parapeto
Trinchera de comunicación
La artillería
Las armas de artillería, por lo general, se encontraban detrás de la línea frontal
a una distancia relativamente grande.
La vida en las trincheras
Los soldados generalmente no pasaban mucho tiempo en el frente (5-15 días), pero aún así, este período era muy estresante. Incluso en las etapas más tranquilas, los francotiradores y los bombardeos suponían una amenaza constante. Debido a que tenían que estar constantemente alerta, los soldados sufrían de cansancio extremo. Además, la higiene personal prácticamente era inexistente, por eso, los parásitos y las infecciones causaban aún más dificultades. El invierno era la estación más crítica en las trincheras porque era imposible encender fuego.
Puesto de ametralladora
Refugio subterráneo