El siglo de las guerras

Las armas de la Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial conllevó cambios fundamentales en el desa­rrollo de las armas. Desde el principio de la guerra, las fuerzas militares de todos los países participantes estaban equipados con ametralladoras de gran potencia, fusiles de retrocarga y proyectiles de alta potencia. Por primera vez en la historia, se usaron gases tóxicos con consecuencias devastadoras. Además, aparecieron también nuevos tipos de armas, como por ejemplo, morteros, lanzallamas y granadas de mano modernas que fueron inventadas para los combates dentro de las trincheras. Los primeros tanques también fueron fabricados con este mismo fin.

En los océanos los submarinos se convirtieron en armas temerosas
mien­tras que el aire fue conquistado por
los primeros aviones de combate.

El lanzallamas alemán

La guerra de trincheras abrió camino al desarrollo de los lanzallamas. Se utilizaron por primera vez en el ejército alemán, durante la Primera Guerra Mundial, para atacar, sobre todo, pequeñas fortificaciones y puestos de ametralladoras. Se necesita-
ban soldados valientes para usarlos, ya
que, por su alcance corto (15-20 m), había que acercarse mucho al blanco. Los
tanques de combustible suponían otra amenaza, ya que eran propensos a explotar en medio de la batalla.

El obús austro-húngaro

Este obús de 305 mm fue inventado para atacar fortalezas. Lanzaba proyectiles de
400 kg que eran capaces de penetrar paredes de hormigón con un grosor de hasta 2 metros. Solo se podía transportar
en dos piezas debido a su peso de 20 toneladas.

cartucho de filtro

empuñadura de pistola

La máscara antigás

Al principio de la guerra, los ataques sorpresa
de gas tóxico podían causar mucho daño porque los soldados no estaban preparados para este tipo de ataques. Muchos murieron, otros quedaron ciegos o sufrieron lesiones debili­tantes. Debido a los cambios en la dirección del viento, muchas veces los atacadores también se hacían víctimas de sus propios ataques. Como resultado, todas las unidades militares empe­zaron a usar máscaras para filtrar y eliminar las sustancias tóxicas del aire.

La ametralladora ligera Chauchat

Esta arma francesa fue una de las primeras ametralla­doras que eran lo suficientemente ligeras para que un
soldado pudiera cargarlas y usarlas solo. Se podía d
isparar con ella en la cadera mientras uno corría hacia
el enemigo. No obstante, era propensa a atascarse
debido al cargador abierto que se llenaba de suciedad.

sistema de frenos hidráulico

Esta arma fue el primer cañón que no retrocedía después de disparar, gracias a un sistema innovador de frenos hidráulicos. Esto y la operación fácil del mecanismo de retrocarga permitían a un personal bien entrenado disparar 15-20 proyectiles en un minuto.